lunes, 26 de diciembre de 2011

Breve tratado de maneras de pedir un beso.

Hay maneras y maneras de pedir un beso, exactamente 618.239. La variante del susurro y de las luces apagadas parece ser la más frecuente. Hay quienes optan por una luz de ambiente y quienes prefieren las mañanas de verano. A otros, la lluvia les pilla en la calle y ya de noche, y no se distingue si lloran o solo tienen la cara mojada, si ríen o si solo les molesta la lluvia. Están los que dejan que su corazón les lleve y quienes traman con esmero una estrategia: lo primero sí funciona. Existen otras muchas tripologías: los que piden un beso como quien lanza un dado y cruza los dedos, a ver si hay suerte.Otros tantos lo intentan en el cine, en mitad de la película, y hay quienes se arrodillan y hacen un poco el ridículo. Los hay también que piden un beso con media sonrisa, como si el beso fuera el final de un chiste, y hay quienes prefieren poner esa cara de cordero degollado. Y no pocos son los que se ponen demasiado ansiosos y, claro, por lo común el ansia es repelente. Los resultados de las encuestas difieren en muchos aspectos: lugar, hora, iluminación, atuendo, perfume o banda sonora que forman el escenario de la petición. Pero hay un extraño punto en el que las estadísticas se ponen de acuerdo: cuanto menos ruido se haga al pedir un beso, mayores son las posibilidades de que la petición sea cumplida.

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