jueves, 29 de diciembre de 2011
Yo no busco nada raro, solo alguien que me eche de menos aunque
hayamos pasado todo un día juntos, alguien que se ponga nervioso al
verme, que no se aburra de mis conversaciones aunque pasemos cinco horas
en el teléfono, que se alegre de escucharme. Alguien que me acompañe
siempre a casa y haga divertido el camino, por más largo que sea.
Alguien a quien pueda besar por un simple impulso sin sentirme rara. No
me importan los regalos, ni nada, mientras él demuestre admiración, me
conformo con saber que conmigo es donde más le gustaria estar siempre. Alguien que
conozca todas y cada una de mis sonrisas, alguien que sólo por mí de
todo, que elija quedarse conmigo aunque tenga otros planes, que sienta
que antes de mí ninguna otra existió, que sus amigos se cansen de
escuchar mi nombre, que escriba las cartas más bonitas del mundo entero
aunque tenga la letra fea y sean de dos renglones. Que piense en mí,
mucho más de lo que lo acepta, que sienta que se cae el mundo si
discutimos y me abrace tirando su orgullo a la mierda, alguien que me
haga reír hasta llorar, y me haga reír cuando no puedo dejar de llorar,
que me diga que todas esas canciones de amor le recuerdan a mí, aunque
sea mentira, que me diga que estoy guapa, aunque no esté del todo
despierta, que me diga que doy los mejores besos, aunque haya habido
otro mejor, que me diga que tengo los ojos más bonitos, aunque sean
iguales a todos los demás, alguien que me haga sentir la mujer más
afortunada del universo, sólo por el echo de tenerlo.
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